Análisis de Somerville

Llega por fin uno de los videojuegos indies más esperados de este 2022. Somerville, la última creación de Dino Patti (antiguo cofundador y productor ejecutivo de Playdead), vió la luz este pasado 15 de noviembre y está disponible en Xbox Series S/X, Xbox One y PC. Además, aterriza directo en el catálogo de juegos de Xbox Game Pass.

Para los que no conozcan el bagaje de Dino Patti, es uno de los artífices de Limbo y de Inside, dos de las obras que son, a día de hoy, dos referencias mayúsculas de este género. Dos pesos pesados del panorama independiente que han marcado un camino a seguir y que, si no habéis podido catar todavía, desde Área Xbox os recomendamos que los probéis en cuanto os sea posible. Tras su indudable éxito, Dino Patti abandonó Playdead para fundar su propio estudio, Jumpship, el cual nos presenta hoy mismo su ópera prima: Somerville. ¿Estará a la altura de sus hermanos mayores? Ya os adelantamos que va a ser muy difícil.

Algo está pasando en Somerville

En Somerville asumimos el papel de un padre de familia que se muda con su mujer, su hijo de menos de un año y su perro a una apartada casita en el campo. Una noche, mientras la familia se queda dormida en el sofá frente al televisor, empiezan a pasar cosas raras en el exterior. Luces desconcertantes que provienen del cielo inundan la ciudad de Somerville para dar paso a unos sonidos atronadores y un monstruoso retumbar de la tierra. Tras el desconcierto inicial, la casa empieza a derrumbarse y la familia se ve envuelta en lo que parece ser una invasión extraterrestre.

Para intentar salvar sus vidas, la familia corre a resguardarse en el sótano. Una vez allí, algo impacta contra el tejado de la casa, lo atraviesa y va a parar al propio sótano. Para sorpresa de todos, allí descubren una misteriosa y moribunda figura humanoide que parece reclamar nuestra ayuda. El padre se acerca a atenderle y tras un breve contacto con la criatura se desmaya. 

Al despertarnos descubrimos que nos hallamos solos, únicamente con la compañía de nuestro perro. Nuestra familia ha desaparecido. ¡Tenemos que encontrarlos! Por lo que saldremos al exterior en busca de nuestros seres queridos, no sin antes caer en la cuenta de que llevamos algo extraño en el brazo. Un objeto alienígena que nos proporciona ciertas habilidades que, a partir de aquí, tendréis que descubrir por vosotros mismos.

Somerville y sus reminiscencias a dos obras maestras

Somerville, escrito y dirigido por Chris Olsen, es el típico juego del que cuanto menos sepamos de él mejor. Es una obra de ciencia-ficción que pone el foco en las consecuencias personales de un conflicto a gran escala. Estamos ante una aventura narrativa salpicada con toques de plataformas y puzzles, tal y como lo fueron Limbo o Inside. De hecho, los que ya jugaron a los títulos anteriores van a ver que este Somerville bebe mucho de aquellos dos

Si hay algo fundamental que lo diferencia de los títulos de Playdead es que ahora nuestro movimiento no se limitará a ir de izquierda a derecha. El juego de Jumpship abraza las 3D para enfatizar un poco más la exploración de los escenarios y crear así mayor profundidad. Y aquí viene el principal problema del título: ¿Lo consigue? Sí. ¿Es efectivo? No del todo.

La mayoría de secciones en 3D no le sientan muy bien

Lo cierto es que este cambio a las 3D no ha sentado muy bien a un título que podría estar planteado perfectamente en 2D como los anteriormente mencionados. El motivo principal es el tosco manejo del personaje protagonista sumado a una cámara estática que no ayuda nada a la hora de desplazarnos. Lo que debería ser lo más básico en este tipo de juegos de exploración, que es ir de un punto A a un punto B, se convierte en la mayoría de casos en un engorro. 

Tiempo atrás han quedado los primeros títulos de plataformas en 3D donde no teníamos el control de la cámara y hacía que ciertos saltos supusieran un auténtico dolor de cabeza. Pues bien, Jumpship se ha empeñado en traer estas extrañas 3D de vuelta con la excusa de hacer el título más cinematográfico. Lo consigue, es cierto, pero a costa de un control que deja mucho que desear y que logrará desquiciar a los menos pacientes. Aquí no hay saltos de plataformas pero a veces queremos pasar por detrás de determinado objeto y no podemos, chocamos contra otro o contra él mismo porque no somos capaces de calcular bien las distancias. Y nos atascaremos una y otra vez. En la mayoría de los casos no habrá más inconveniente que tardar más tiempo ya que, por lo general, es una aventura muy pausada. Pero es verdad que a veces nos tocará correr huyendo de algo y acabaremos muertos hasta que nos aprendamos el recorrido de memoria sin atascarnos de forma ridícula.

Puzles ya vistos y una novedosa mecánica sobreexplotada

No entendemos la decisión del estudio por hacer de esta forma el juego ya que, como vais a comprobar si lo jugáis, Somerville podría haberse desarrollado completamente en 2D puesto que la esencia es la misma que los anteriores juegos de Playdead. Básicamente, tendremos que hacer lo mismo que hemos visto en muchos otros títulos, como mover plataformas para subirnos a sitios elevados, tirar de palancas, cubrirnos en paredes o escabullirnos en las sombras. Nada que no hayamos visto antes. En este aspecto está muy poco inspirado.

Si que es verdad que busca sorprender, por lo menos al principio, con su mecánica principal para resolver la mayoría de los puzzles. Digamos que el protagonista tiene una habilidad muy curiosa que le permite ir avanzando en la aventura. No la vamos a comentar aquí porque esa “habilidad” forma parte intrínseca de la propia narrativa pero diremos que tiene que ver tanto con los objetos como con los colores y la luz. Resulta algo bastante novedoso, al menos en los primeros compases de la historia. Luego, con el paso del tiempo, vamos a descubrir que se abusa de forma descarada de esta mecánica y se convierte en algo muy monótono. Una lástima.

La historia se diluye en una atmósfera sobrecogedora

No hay nada que justifique unas mecánicas de este tipo salvo conseguir unos buenos planos de cámara porque, sin entrar en demasiados spoilers, no hay mucho que explorar. Tras un emocionante comienzo, la historia se va diluyendo hasta tal punto que nos veremos pasando pantallas sin ningún tipo de motivación más que llegar a donde tengamos que llegar. Los escenarios, construidos en 3D supuestamente para favorecer la exploración y profundidad, no esconden nada más que lo que necesitamos para pasar de una zona a otra. Nada más.

Esto per se no tiene por qué ser algo malo si lo que estás ofreciendo tiene la suficiente personalidad como para atraparte y dejarte sin aliento. Pero tenemos dudas sobre si Somerville está en este punto. Tanto Limbo como Inside tenían una atmósfera que te atrapaba desde el minuto uno y su manejo sencillo no ponía trabas para que te preocupases únicamente de disfrutar su ambientación. Aquí no ocurre esto, al menos a estos niveles. A pesar de que la atmósfera te envuelve desde un inicio, conforme pasan las horas (pocas, unas 4 aproximadamente) la “magia” se pierde poco a poco debido al pobre control y a lo “vacío” de los escenarios. Además, el apartado artístico no resulta lo suficientemente llamativo.

Gráficos y sonido en polos opuestos

El apartado artístico de Limbo y Inside era, francamente, sublime. Con un estilo minimalista supieron cautivar al espectador y atraparlo con su especial e inquietante ambientación. En Somerville han optado por la técnica “low poly” para recrear su universo de ciencia ficción, con resultados que, en nuestra opinión, son bastante mejorables. Esta técnica se traduce al castellano como “bajo poligonaje” y afronta diseños con un bajo número de polígonos, es decir, elementos geométricos que tienen pocas caras o vértices, como las esferas, los cilindros o los cubos. También la paleta de colores empleada aquí es bastante mayor que la de los dos títulos precedentes cosa que, por un lado, hace que el mundo sea “algo más parecido al real” pero por otro pierda ese toque inquietante y lúgubre. Todo esto tiene una explicación pero no queremos entrar en spoilers para que descubráis todo por vosotros mismos. Sólo diremos que el juego es más colorido porque es importante para el desarrollo de sus mecánicas y esto sí que es algo novedoso y una apuesta más arriesgada del estudio.

Lo que sí que está a otro nivel y resulta ser el apartado estrella del título es el sonido. Al final, el apartado sonoro es lo que logra meterte de lleno en este universo de ciencia-ficción de Somerville. Hemos jugado con auriculares, por supuesto, y el sonido es espectacular. Carece de diálogos, al igual que sus claras referencias, pero los efectos de sonido psicodélicos y mecánicos logran ponerte en tensión durante toda la aventura. Muchas de las escenas vienen acompañadas de unos efectos sonoros que, sin ellos, no serían lo mismo. 

La música también está a un nivel altísimo. No se prodiga demasiado pero cuando aparece siempre supone un momento muy especial en la trama. Soledad, desasosiego, quietud, peligro, felicidad…todo está magníficamente representado por un apartado sonoro que es una delicia. Sin duda, es lo mejor de la obra.

Conclusiones sobre Somerville

Somerville, la nueva aventura atmosférica de Jumpship quiere profundizar en la exploración y se focaliza en escenarios 3D pero se pone piedras por el camino. La mayor libertad de movimiento que propone el título choca de lleno con la tosquedad del personaje y su imprecisión.  Esto sumado a su lentitud al desplazarse hace que en numerosas ocasiones suponga un tostón, y más cuando te atascas en algún puzzle. Entendemos que la velocidad a la que se mueve el personaje va en sintonía con lo que el propio autor quiere expresar y que juega a favor del son argumental pero un botón de esprintar en determinados momentos le hubiese sentado muy bien. Insistimos, es el propio juego el que se pone trabas a sí mismo para ser jugado.   

Es un título que busca sorprender, sobre todo en sus inicios y en su mecánica principal de resolución de puzles. No obstante, no es capaz de crear un golpe de efecto suficiente como para dejar al jugador embelesado. Un comienzo prometedor que se va desvaneciendo en una sucesión de escenarios en los que lo importante es cómo salir de ellos para seguir avanzando.

A pesar de todo no es un mal juego y tiene algunas sorpresas (sobre todo en el tramo final) que no te dejarán indiferente. Además, hay algunos planos de cámara sorprendentes que le dan un aire cinematográfico muy interesante. Si eres amante del género y te atrapan las historias de ciencia ficción estilo La Guerra de los Mundos tienes que darle un tiento. Es más, está incluido desde ya mismo en el Game Pass por lo que no hay excusas que valgan.

Somerville

27,49 €
7.2

GRÁFICOS

6.5/10

SONIDO

9.0/10

JUGABILIDAD

6.0/10

Pro.

  • Ambientación sobrecogedora
  • La mecánica principal es bastante interesante
  • El sonido es sobresaliente

Contra.

  • El movimiento del personaje es muy lento e impreciso
  • Rompecabezas poco inspirados y ya vistos
  • Gráficamente no sorprende

Acerca del autor

Gamer desde los 80. Amante de los animales y el buen cine. Licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas. A veces salgo en películas por detrás.

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